1. El principio activo. Con todos los cambios que sufrimos entre genéricos y marcas y los colores y tamaños de las cajas, es fundamental que conozcas el principio activo de tu medicamento. Es lo único que nunca va a cambiar y conociéndolo vas a poder identificarlo aunque cada semana le cambien el color a la caja.
2. Por qué tomas ese medicamento. Debes saber cual es la función de ese medicamento y por tanto el motivo por el cual el médico te lo ha recetado. Ser consciente de la causa es fundamental para mejorar la adherencia al tratamiento.
3. Cuando debes tomarlo. Infórmate bien sobre las veces que debes tomarlo al día, si es importante antes o depues de las comidas o si lo puedes tomar a la vez que otros medicamentos.
4. Durante cuanto tiempo debes tomarlo. Asegúrate de saber si te lo han recetado para 4 días, una semana, un mes o de manera crónica. No conocer este dato con seguridad puede hacer que lo tomes mas tiempo del necesario o un tiempo insuficiente.
Si dudas de cualquiera de estas preguntas antes de no darle importancia y tomarlo a la ligera, consulta con tu farmacéutico más cercano o con el mostrador de tu farmacia para que te resuelvan todas tus dudas. Si crees que puede que olvides algún dato, como las veces que debes tomarlo al día, apuntalo en la caja con letra clara, así cada vez que veas el medicamento lo recordarás. Si tomas otra medicación y crees que puedes olvidar tomar alguna o confundirlas, anota el horario de cada una y si es necesario haz uso de un pastillero, de esta manera lo tendrás más organizado y será más fácil de recordar . Todos los medicamentos llevan un prospecto con toda la información necesaria. Somos conscientes que muchas veces la información que lleva se encuentra explicada de manera muy técnica y a veces confusa. Si después de leerlo tienes dudas con algún apartado, no dudes en preguntarlo también.
No te lo tomes a la ligera, conocer tu nueva medicación hará que cumplas mejor el tratamiento.
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